¡Bienvenidos/as a Don de lenguas!
«Si cierras los ojos al pasado, te vuelves ciego al presente». Con esta cita de Richard von Weiszäcker, esta semana os invitamos a descubrir cómo trabaja un historiador y por qué es importante no darle la espalda a la historia. Todo esto de la mano de Sebastian Wenger y Julian Rechlin en una entrevista… ¡en alemán!
Sebastian Wenger y Julian Rechlin son amigos desde niños, aunque hace tiempo que viven en lugares distintos. Ahora, una conferencia los ha vuelto a unir. La charla que da Sebastian en Salamanca se llama «La persecución de los “asociales” durante la época nacionalsocialista». Creednos, sabe de lo que habla: es historiador y se doctoró en el Instituto de Historia de la Medicina de la Fundación Robert Bosch. Julian, por su parte, es periodista independiente y profesor en la Universidad de Salamanca. Enseña, entre otras asignaturas, «Alemán para Filósofos”»🧐💭. Suena interesante, ¿verdad?
Los historiadores y la «cultura del recuerdo»
¿Os habéis preguntado alguna vez cómo trabaja un historiador? En primer lugar, recibe un encargo (¡vaya, como los traductores!) e investiga qué se ha descubierto ya de ese tema y qué no se sabe aún. Durante el tiempo que dure el contrato (6 meses, 2 años…), visita archivos digitales y físicos (es decir, se documenta, al igual que los traductores) y toma notas con las que, normalmente, acaba escribiendo un libro. Sebastian nos ha confesado que la incertidumbre está siempre presente: cuando el contrato se acaba, tiene que buscar un proyecto nuevo y empezar de cero. Aun así, le apasiona hacer descubrimientos sobre temas importantes para la sociedad.
Julian nos ha contado que él y los alumnos de Estudios Alemanes se relacionan con la «cultura del recuerdo» a través de la literatura. Le parece esencial que, en un grado así, no solo se estudie un idioma, sino también la historia que lo rodea, para poder comprenderlo mejor.
«Es un tema del que casi no se ha hablado en Alemania…»
Sebastian nos ha explicado qué son los «Asozialen» y cómo ha cambiado el significado de esta palabra a lo largo de los años. En el siglo XX, designaba a personas pobres, que vivían al margen de la sociedad. Después de la 1ª Guerra Mundial, empezó a utilizarse con aquellos que habían perdido su puesto de trabajo por la crisis económica. Pero más adelante, los nacionalsocialistas empezaron a tachar de «Asozialen» a todas personas que «no seguían sus normas» y no les eran provechosos («Quien quiere vivir, debe trabajar», decían). No era más que otra forma de discriminación en la búsqueda de una «raza pura», que esta vez castigaba a gente sin hogar, mendigos, prostitutas, personas con enfermedades infecciosas (sobre todo venéreas), «vagos»… Se clasificaba como «vagos» a quienes acudían tarde al trabajo o rechazaban su empleo sin un motivo «justificado». Todos los «Asozialen» fueron estigmatizados y perseguidos, y muchos de ellos acabaron en campos de concentración. Esta palabra se sigue utilizando y tiene incluso una abreviatura: «asi». Por desgracia, este tema es muy poco conocido en Alemania y el resto del mundo.
🚨 ¡Aviso a traductores, aquí viene un término «intraducible»!
En español, no tenemos ninguna palabra que equivalga a Asozialen. «Asocial» se traduciría al alemán como unsozial y términos como «marginados» o «indeseables» no se corresponden del todo con la realidad que designa Asozialen. Como dato curioso, Sebastian nos cuenta que esta palabra no se incluyó en el diccionario Duden hasta 1929. Entonces… ¿es un término «intraducible»? Tal vez a alguno/a de nuestros/as oyentes se le ocurra una buena reformulación.
Si os interesa este tema –y sabéis alemán o queréis aprenderlo–, no os perdáis la entrevista de esta semana ni el libro que va a publicar Sebastian Wenger el 11 de mayo. 📻📖
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Entrevista realizada por Jone Pagalday Altuna.