¡Bienvenidos/as a Don de lenguas!
|
Noelia en la puerta de la Facultad (foto hecha por Beatriz Guerrero García) |
Esta semana hemos podido charlar con
Noelia Rodríguez Otero, alumna de nuestro Grado en Traducción e Interpretación que acaba de ganar el
Premio de Traducción Francisco Ayala en la modalidad de portugués. Este premio nació en el año 2005 por iniciativa de STU Traductores, entonces empresa spin-off de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada. El certamen, organizado por la Fundación Francisco Ayala y la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada, se dirige a estudiantes universitarios y recién egresados, y pretende potenciar los aspectos creativos en el ámbito de la traducción universitaria. Toma el nombre de Francisco Ayala, que fue, además de escritor, jurista, sociólogo y profesor, traductor de obras jurídicas y literarias del alemán, francés e italiano durante las décadas de 1930 y 1940.
Nuestra querida Noelia es un poco indecisa y, por lo tanto, no hay que extrañarse de que llegara a nuestra facultad después de haberse graduado en Fisioterapia por la Universidade da Coruña en 2013 y después de haber ejercido la labor de fisioterapeuta durante dos años y medio en el Centro Sanitario A.P. Foltra. Por suerte para nosotros, ya durante un Erasmus en Eslovenia se dio cuenta de que no solo le apasiona la rehabilitación neurológica, sino también los idiomas y la traducción. Por muy sorprendente que parezca, a Noelia no solo se le da bien la traducción especializada, sino también la literaria.
Y justo por esto la hemos invitado: por su traducción de un cuento del escritor mozambiqueño Mía Couto (Antonio Emilio Leite Couto), que ha resultado premiada. Noelia nos confiesa que, a pesar de la brevedad del cuento, se ha topado con varios problemas de traducción.
Por un lado está el juego con el lenguaje que caracteriza la obra de Couto. Influido por el lenguaje casi híbrido de Mozambique, el autor a menudo crea una nueva palabra (una “amalgama”) mezclando dos existentes, lo que significa para la traductora captar el origen y los diferentes niveles de significado de las palabras (tanto las subyacentes como la nueva), y luego intentar construir algo parecido en la lengua meta. Por otro lado está la oralidad mozambiqueña con proverbios típicos de la zona, etc. Esto requiere cierto conocimiento de la zona y del tiempo histórico para poder comprender los textos del autor. Además, Couto tiene un estilo súmamente lírico que a menudo evoca un realismo mágico.
Nuestra compañera tuvo que documentarse mucho para poder captar todas estos matices del cuento y, sobre todo, para hacerse una idea de lo que podía haber sido el Mozambique de los años 90, lugar donde se desarrolla la historia. Ya véis, ¡todo un reto!
Era justamente lo que Noelia necesitaba: el texto tan lírico suponía “una válvula de escape”, como nos dijo en la entrevista, y le permitió ser creativa después de unos meses marcados por la traducción institucional en el contexto de una asignatura de cuarto curso. También le pareció motivador poder trabajar completamente sola, sin tener apoyo alguno.
Noelia nos ha confesado que dudó hasta el último momento sobre si entregar su versión o no. ¡Menos mal que lo hizo! Lo bonito de estos premios es que nos ofrecen la oportunidad de “probar suerte” y, aunque no estemos seguras, merece la pena probarlo. Lo mismo os animáis y os apuntáis a la próxima edición. Seguro que Belén Santana, la profesora gracias a la que Noelia se enteró del concurso, os pasa toda la información que podáis necesitar.
¡No os olvidéis de seguirnos en Twitter, Instagram y Facebook! Nos escuchamos la semana que viene.
Entrevista realizada por Martín Azcárate y Rosa Weber.